lunes, 31 de agosto de 2009

Un lugar para vivir

Mi hermano nunca ha visto Perdidos en Tokio (Lost in translation, 2003). Quiere verla desde la tarde en que se enteró que esa es una de mis películas favoritas. ¿Cuántas veces la has visto? Me preguntó. No sé, le dije, tal vez unas sesenta veces; es la película que veo cada que tengo insomnio. Mi hermano se rió y me dijo ¿así de aburrida está? No, le dije, no es que sea aburrida; es sólo que cuando no puedo dormir me gusta sentirme acompañado. Perdidos en Tokio hace que me sienta menos solo.

Creo que el arte se debe tratar en parte de visitar lugares en los cuales nos gustaría vivir. De visitarlos una y otra vez porque esos sitios se han vuelto nuestros lugares favoritos. Una buena canción, la reproducción de algún cuadro que colgamos en la habitación, nuestro libro predilecto, las piezas de arte que nos gustan. Todas tratan un poco de eso: son el lugar al cual nos gusta escapar al terminar el día.

Perdidos en Tokio trata de un hombre, Bob Harris, que viaja a Japón para filmar un comercial de Wisky. A causa del cambio de horario le resulta dificil conciliar el sueño, así que se pasa las noches bebiendo en el bar del hotel. Ahí conoce a Charlotte, una chica que también sufre de insomnio (y de una dosis de soledad a causa de que su marido siempre está trabajando). Ambos, Charlotte y Bob, hacen click y se dedican a pasar las noches recorriendo Tokio o mirando un poco de televisión. De eso trata la película. Por eso me gusta verla en las noches. Japón es uno de mis países favoritos.

En lo personal, las piezas literarias o artisticas que más disfruto son aquellas que me llevan a lugares en los cuales me gusta estar, ya sean lugares físicos o emocionales. En el caso de Perdidos en Tokio lo que me gusta es precisamente ese sentimiento de estar acompañado aún dentro de mi soledad. Tal vez esto nos pueda ayudar al momento de pensar en el siguiente texto que vamos a escribir. Pensar en cosas como ¿de verdad siento algo por esta persona? ¿en realidad éste lugar me gusta para vivir? ¿me siento a gusto con todo esto? Las canciones que escuchamos una y otra vez tienen eso; son sitios o sentimientos en los cuales nos gusta vivir.

O por el contrario. Si nuestra intención es la opuesta podemos pensar en cosas como ¿en verdad me cae mal este personaje? ¿en verdad puedo odiar este lugar? Todo depende de lo que al final queramos comunicar con nuestro texto. En lo personal creo que estar consientes de esto nos puede ayudar a mejorar lo que escribimos (si esa es nuestra intención, desde luego).

Por lo pronto los dejo con el trailer de la película. Espero que cuando se animen a verla los haga sentir lo mismo que a mí.

3 comentarios:

Eme dijo...

Yo tampoco la he visto. Creo que tengo algunas reticencias precisamente por eso: por lo demasiado bien que me han hablado de ella.

Pachita Rex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pachita Rex dijo...
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