lunes, 28 de septiembre de 2009

Sobre ser interesantes.

Por Damon Knight

Una historia, decimos, tiene que ser interesante: ¿Pero interesante para quién? La Serie de TV The Honeymooners era interesante para millones de espectadores, pero no para un amigo mío quien me dijo que él tenía suficiente de disputas maritales en casa y que no necesitaba verlas en la televisión. La película Alien era interesante, pero no para un amigo mío, un veterano de Vietnam quien ya había visto toda la sangre que hubiera querido ver.

Algunos escritores novatos asumen que ciertos personajes son interesantes ex officio: los capitanes de barco son interesantes, los espías internacionales son interesantes, las estrellas de cine son interesantes, las amas de casa no son interesantes. El resultado es que estos escritores no ponen nada dentro de sus personajes que los pueda hacer interesantes porque presumen que ya son interesantes en primer lugar. Pero si pones algo interesante dentro de ellos hasta un cajero de mini super puede ser interesante, y si no lo haces aún un embajador te aburrirá.

La mejor forma de asegurar que tu historia le resulte interesante a alguien es que tú mismo estés interesado en ella. Seguramente en algún momento tuviste un maestro que sabía un montón de cosas sorprendentes sobre su propia materia y ese entusiasmo que sentía lograba que tú mismo estuvieras entusiasmado. Ninguno de mis maestros era así, pero creo que existen, y sé a través de leer a John McPhee que un escritor que está apasionadamente interesado e informado puede hacer que cualquier tema resulte apasionante para mí. Otro ejemplo, lean la novela Birdy de William Wharton. Enormes partes de la novela son sobre los canarios. Leí esas partes completamente absorto, y estoy muy agradecido con Wharton por hacerme ver el universo de complejidad y orden en algo que yo pensaba que era simple y aburrido.

Pero date cuenta que no es suficiente estar interesado o informado; debes tener ambas. Si tú estás interesado en tu tema pero sabes muy poco sobre él, no podrás satisfacer la curiosidad que has levantado. Si tú sabes mucho sobre ese tema pero estás poco apasionado e interesado (como algunos científicos y maestros), pondrás a la gente a dormir.

Casi cualquier tema nos resulta poco interesante en una primera instancia porque nos parece algo que no tiene sentido. Sólo un montón de cosas poco organizadas o datos que no diferenciamos. Sólo cuando hemos aprendido lo suficiente para ver los patrones en eso es cuando comienzas a ver lo fascinante que resulta. Entre más grandes los patrones, entre más incluyan, es más fácil que encaje con los datos que hay dentro de él.

No creas que no tiene sentido estudiar algo que parece no tener una relación directa con lo que estas escribiendo; ningún involucramiento apasionado se desperdicia jamás.

Recientemente tuve un montón de libros sobre el tema de los comienzos de la Iglesia Cristiana a un lado de mi silla, y un amigo mio me preguntó si los estaba leyendo porque estaba interesado o sólo era algo que pensaba utilizar en mis textos. Yo le dije que los leía por ambas razones, y esa es la manera en que pienso que debe ser. Una de las grandes recompensas en la vida de un escritor es que te deja leer todos los libros que quieras sin sentirte nunca culpable.


Esta es una traducción que he hecho sobre un fragmento del libro “Creating Short Fiction, the classic guide to writing short fiction” de Damon Knight.

1 comentario:

Dolo dijo...

Me gusto mucho este post,
queria saber si tenes idea donde puedo conseguir el libro, ya se en ingles o en castellano, la verdad que me intereso mucho...